domingo, 1 de agosto de 2010

Del viento soñoliento

Quiero a tus ojos de noche, a tu piel de día, quiero jugar en tu ombligo con mi sonrisa sombría.
A veces me parece que tu pelo baila una canción continua, pero tus dedos dicen que sólo se trata de una tregua conspicua.
Te extrañaré esta noche como hierba dolorida, para que mañana me parezca que me das la bienvenida.

[Al único, siempre: Omar]

martes, 6 de julio de 2010

Nombres

AGUAMIEL


Yaces glorioso e inmóvil en el cenit,

pareciera que esperas una estrella celeste:

Un espacio vacío.

Luego miras hacia la transparente Luna,

te has ido al viejo solarium,

ahora duermes tranquilo, contento.



PERMANENTE


Eres el viento obscuro,

los recuerdos vivos en mi álbum,

el amor en mi carne cortada,

aquel espejo que nada en la mar.



ACUÁTICA


Sería el bien si no fuera el mal,

ese mal incurable de sonrisa amarga.

Soy la miel que guardaste tú,

el vago reflejo solar,

el olor del agua quemada.


Fragmentos

Para Omar:

I

Enmedio del mar rojo hay estuación.

Tu carne transparente se ha sonrosado de pronto: respiraste.

El lunar negro que vive entre secretos invocó a mi cuerpo extático.

Tus venas pintadas, tu forma perfecta, tu contorno frente a la luz, encarnaron una historia sin tiempo.

La suavidad húmeda de tu piel palpitante me trajo recuerdos del beso infinito que una tarde selvática marqué sobre ti, dejando huellas de aliento.

Subiste, recorriendo ese camino inacabado que conoces y comprendes.

-Te has vuelto blanco, murmuró mi alma.

Tú, espeso y espumoso me regalaste un trozo de silencio.



II

Estuviste quieta durante largo tiempo, alumbrando a mis ojos acuosos y a mi piel congelada por el aire de invierno. Formabas esa eterna espiral de color que entibiaba la noche bajo la que me encontraba.

Ahí, silenciosa, hablaste de todo lo que no comprendo y sin embargo te escuché: un fluido luminiscente invadió mi alma.

Eres aquel río de tiempo en donde ya no flota el espacio, eres aquel día soleado en que la obscuridad fue permanente, esa obscuridad calma y tranquila que cuida de mi cuerpo.

Por un momento pensé tenerte, sentirte, vivirte. Incluso creí que la distancia entre tu cuerpo y el mío se desvanecía como algodón al fuego.

Mis sentidos me engañaban, tú estabas lejos, empero me abrazabas casi como si conocieras todo lo que se esconde dentro.



III

El olor del tiempo derretido, el sonido debajo del pavimento, el sabor de la noche y el viento me recuerdan todos a tu rostro que cabe exacto entre mi piel y mi aliento. Y mentí cuando dije -te quiero, porque a este cuerpo tonto no le basta quererte como lo finito del tiempo. ¿Qué será de nosotros cuando la obscuridad diurna nos desvanezca como a las olas el movimiento? La respuesta se pasea bailando sobre las cenizas prematuras de mi ser metido en un agujero, es la reflexión indefinida de mi mano que martilla los sueños cuando se rompe el efímero momento.

Dentro de ésta burbuja nos rodea un agua tibia cuya música arrulla mis recuerdos, afuera hay sólo sequía y desierto. Es por eso que deseo que el mar nos cuente uno a uno sus secretos: para amanecer con los labios húmedos de vida, de todos los nombres que tiene el universo.

Hace poco que Venus me habló sobre Marte, sobre los ríos plataverdosos que los unen en silencio. Yo no dije nada: callé con el alma y hablé con el cuerpo.




viernes, 25 de junio de 2010

De noche

De noche eres el rastro luminoso de una estrella diluida en el mar. Te escondes misterioso bajo mis piernas y pretendes que te ahogas, casi como si no supieras nadar. Luego pintas círculos bajo mis ojos que ha soplado el viento del norte mientras te decidías a jugar.

Has pedido refugio del mundo en mi cuerpo por una noche, dos quizás: que duren un instante universal, una gota de eternidad, un gramo de silencio, una ola lunar.

domingo, 2 de mayo de 2010

El espectador

Quise apagar la vela con los dedos: no lo logré pero no me quemé. El pájaro asomado al borde de la casa sigue ahí, atento, cazando.

Segundo intento: la vela apagada, los dedos un poco chamuscados -nada irreparable-

El pájaro ya no importa, después de todo el perro está en el patio y si el ave se atreviese a bajar sería deshecha entre sus fauces.

Alegría de medio día.

Con el pájaro destrozado y el perro insatisfecho por tan mínimo bocadillo el espectador se quedará solo, al fondo del abismo, como deseando.

No se ha librado una batalla, se ha presenciado una simple comida. El perro no está orgulloso: nunca consideró al pájaro un rival.

Las rivalidades sólo existen entre algunos humanos. El perro mató al pájaro por hastío, porque todos se cansan de ser observados sin razón.

martes, 26 de enero de 2010

Érase una vez...

...Una niña cuyo libro favorito tenía hojas de colores, un par de páginas con ilustraciones enormes, pero sobre todo una colección inimaginable de letras.

Hoy, como otros días, extraño mucho ese libro que ya no he podido encontrar.

sábado, 16 de enero de 2010

Bajo la lluvia de este día nublado hay restos de sueños que se coagularon en el aire y no pudieron marchar. Y me cobijo entre las ramas de la ceiba espesa con la esperanza de que sus espinas terminen el trabajo que tu boca acaba de empezar.

Cuando pienso en el mar no pienso en la inmensidad, pienso en aquello del mundo que me falta por recorrer, en lo cálido de sus aguas que algún día -en profundo sueño- me habrán de alojar.

El espacio es inútil, el tiempo me es ajeno, escapa de mis manos y no me deja pensar. Habré de guardarme luto algún tiempo, y después... después tomaré unos días para irme a pescar.

viernes, 15 de enero de 2010

Estaba pensado...

... que debería hacer una sección completa de "Estaba pensando" porque muchas veces es así como empiezo una oración.

Dicho lo anterior, estaba pensando que:

Los días lluviosos existe un sentimiento brumoso que se mete por los ojos y se ancla en alma.

De lo anterior podría desprender más ideas, pero me parece que entonces estaría armando un texto y esa no era la intención primera de decir lo que estaba pensando.

También estaba pensando que a veces debería dejar de pensar tanto y SIMPLEMENTE sentir.

jueves, 14 de enero de 2010

Para Omar

La nada que soy se avecina terrible y amenazadora, mostrando los dientecillos afilados que succionan y muerden lo que resta de esta piel amarga. Es verdad, o por lo menos no es mentira, que las estrellas se desvanecen en el cielo como el azúcar en el agua caliente. La partida que has empezado no deja rastro alguno del dolor que escondo al fondo de aquel abismo que conoces y no te atreves a penetrar.

La nada que soy me saluda de lejos, mueve su rostro y deja que el viento despeine su cabello negro y onduloso mientras murmuras mentiras a mi oído amoratado.

Entre la lluvia de tu voz y la tormenta de mi llanto pintado encontrarás lo que nunca estuviste buscando, y entonces, la nada que soy te habrá alcanzado.

LIBR

A veces pienso...

...que la vida se me fue de las manos, que el aliento se desvaneció poco a poco pensando en tu alma convaleciente de los días nublados.

Y no sé nada, no conozco ni una brisna de lo que siento por esa alma atormentada tuya que dormita en tu cuerpo escindiéndose de ti, de tu razón necia que resiste sentimientos, sensaciones, cuya existencia sabes y no aceptas pues consideras fuera de ti, fuera de ese ente maravilloso que escondes receloso tras una muralla que he de traspasar.

Teme que teme, pues algún día ante este cuerpo débil y frágil cederás.