martes, 26 de enero de 2010

Érase una vez...

...Una niña cuyo libro favorito tenía hojas de colores, un par de páginas con ilustraciones enormes, pero sobre todo una colección inimaginable de letras.

Hoy, como otros días, extraño mucho ese libro que ya no he podido encontrar.

sábado, 16 de enero de 2010

Bajo la lluvia de este día nublado hay restos de sueños que se coagularon en el aire y no pudieron marchar. Y me cobijo entre las ramas de la ceiba espesa con la esperanza de que sus espinas terminen el trabajo que tu boca acaba de empezar.

Cuando pienso en el mar no pienso en la inmensidad, pienso en aquello del mundo que me falta por recorrer, en lo cálido de sus aguas que algún día -en profundo sueño- me habrán de alojar.

El espacio es inútil, el tiempo me es ajeno, escapa de mis manos y no me deja pensar. Habré de guardarme luto algún tiempo, y después... después tomaré unos días para irme a pescar.

viernes, 15 de enero de 2010

Estaba pensado...

... que debería hacer una sección completa de "Estaba pensando" porque muchas veces es así como empiezo una oración.

Dicho lo anterior, estaba pensando que:

Los días lluviosos existe un sentimiento brumoso que se mete por los ojos y se ancla en alma.

De lo anterior podría desprender más ideas, pero me parece que entonces estaría armando un texto y esa no era la intención primera de decir lo que estaba pensando.

También estaba pensando que a veces debería dejar de pensar tanto y SIMPLEMENTE sentir.

jueves, 14 de enero de 2010

Para Omar

La nada que soy se avecina terrible y amenazadora, mostrando los dientecillos afilados que succionan y muerden lo que resta de esta piel amarga. Es verdad, o por lo menos no es mentira, que las estrellas se desvanecen en el cielo como el azúcar en el agua caliente. La partida que has empezado no deja rastro alguno del dolor que escondo al fondo de aquel abismo que conoces y no te atreves a penetrar.

La nada que soy me saluda de lejos, mueve su rostro y deja que el viento despeine su cabello negro y onduloso mientras murmuras mentiras a mi oído amoratado.

Entre la lluvia de tu voz y la tormenta de mi llanto pintado encontrarás lo que nunca estuviste buscando, y entonces, la nada que soy te habrá alcanzado.

LIBR

A veces pienso...

...que la vida se me fue de las manos, que el aliento se desvaneció poco a poco pensando en tu alma convaleciente de los días nublados.

Y no sé nada, no conozco ni una brisna de lo que siento por esa alma atormentada tuya que dormita en tu cuerpo escindiéndose de ti, de tu razón necia que resiste sentimientos, sensaciones, cuya existencia sabes y no aceptas pues consideras fuera de ti, fuera de ese ente maravilloso que escondes receloso tras una muralla que he de traspasar.

Teme que teme, pues algún día ante este cuerpo débil y frágil cederás.